Blogia

ciudadanoGE

la entrevista que no grabé

la entrevista que no grabé

Antes de encender las grabadoras me preguntó de dónde era, refiriéndose al medio de comunicación, y yo respondí que de ningún sitio. Que intentaría publicar la entrevista en Europa, Radio Gracia, le Cool y desConcierto, pero que no cobraba de ninguno de ellos porque vivo de otra cosa y “esto lo hago porque me gusta”.

-Así que no eres profesional -me dijo.

Empezamos nuestra conversación anunciando que: 1. yo iba a preguntarle lo que quisiera y 2. que él haría lo propio con sus respuestas. Al parecer sólo le interesaba hablar de su último disco, El Congrés dels Solitaris, pero eso, para mí, hubiera sido como dejar pasar el tren de la reconciliación generacional.

Primera pregunta: te han incluido en el cartel del Primavera Sound... ¡Qué sorpresa! ¿no? Sisa, aún viviendo muy cerca de donde habíamos quedado, llegó tarde. O bien se había dormido, o bien estaba haciendo algo más interesante. El caso es que al principio parecía un poco desganado. Pero se fue soltando.

Primera respuesta: “supongo que esto viene del último disco que he sacado". Porque "normalmente no me llaman de este tipo de festivales, así que para mí también ha sido una sorpresa”.

No sabe qué es el Primavera Sound porque no ha ido nunca y lo de re-grabar sus grandes éxitos (Bola Voladora) fue idea de la discográfica. Él de eso no entiende y cree que, en todo caso, su público tendría que parecerse a él. Por lo que, haber vendido más de 100 copias de su último trabajo, le parece un milagro.

No está muy al corriente de los grupos del cartel del festival, pero me cuenta que durante la grabación de El Congrés dels Solitaris trabajó con músicos de la escena independiente (como Santi García, de No More Lies, y Eric Fuentes, de The Unfinished Sympathy), y que eso le ha permitido conectar con una generación de músicos que, en el fondo, son como era (y sigue siendo) él.

A Joan Miquel Oliver, compositor de Antònia Font, lo considera “un genio” muy amigo. Han tocado juntos en varias ocasiones y siempre dicen  que han de hacer algo juntos. Pero no acaban de encontrar el momento, “más por mí que por él”, confiesa. Y es que “aunque parezca muy sencillo y que todos somos amigos”, estas cosas requieren “trámite y trabajo”.

Sisa resume la evolución de la música en los últimos 30 años, en los temas que ha hecho recientemente. Cada vez le cuesta más, tener perspectiva, y sólo le interesan las canciones que está preparando. Lo otro, dice, pertenece al terreno de las teorías. “Un terreno muy controvertido donde todos tienen razón”. Cualquier respuesta sería cierta, dice. Así que, ni sabe cómo ha evolucionado el concepto de la música... ni le interesa.

En algún momento tenía que soltarlo. Por eso, aún sabiendo que no iba a gustarle, saco el tema Canet Rock’75... “Hombre, es lo que te decía. Cada vez me apetece menos, todo esto. Tal vez un día escriba un libro, o conceda una entrevista de 24 horas; explicaré toda mi vida y luego callaré para siempre”. Pero ya lo ha explicado muchas veces, “son cosas que forman parte del pasado”. Me mira y dice: “Yo llevo muchos años en esto, ¿sabes?”.

Fue entonces cuando, sin que ninguno de los dos nos enteráramos, aquél diálogo empezó a pertenecernos sólo a los dos. Bueno, y a Mireia, de Discmedi, y a Ferran Mansanet, que se quedó con las ganas de hacer fotos. La cuestión es que, aunque a priori iba preparado, a la grabadora digital se le acabó la memoria, y a la de cassette, pocos segundos después, las pilas. Increíble pero cierto... La última frase que se grabó fue: “las Ramblas no son de nadie”.

Cuando me di cuenta, un par de horas después, sentí mucha rabia. Primero pensé: ¿y ahora qué les digo a los de le Cool? ¿Con qué entrevista empezamos el programa de radio? Pero la tercera reflexión ya fue: ¡joder! Sisa, al minuto de conocerme, me dice que no soy profesional, y yo, llevando dos grabadoras y pilas de recambio, voy y la cago. Con la de veces que me habían advertido...

Por suerte, hallé alivio a base de mucho contarlo. El contacto es prometedor y, a fin de cuentas, la hora y pico con Sisa no me la quita nadie. Pero lo mejor de la entrevista fue lo que no grabé. Por eso he decidido tirar de memoria y rescatar algunas de las cosas de las que se habló aquel viernes de invierno.

Que “las Ramblas no son un barrio. Las Rambla son las Ramblas”, lo registré en mi cabecita. Sisa nació y se crió en el Poblesec, pero ahora vive en las Ramblas y se queja de que la gente ya no va a pasear por ahí porque está lleno de turistas. Él no sale mucho, de todas maneras, así que no me recomendó ningún garito.

Pero sí me dijo que, en un ejercicio de abstracción extrema, había llegado a recrear un bar en su piso. Con un vaso de agua y el ruido de una radio. Sin nada más. Consumición y ambiente. En abstracto. Porque a él lo que le gusta es quedarse en casa y componer...

Sisa empezó a tocar a los 16 ó 17, pero no fue hasta los 26, que logró empezar a vivir de la música. La cinta con las canciones con las que acabaría triunfando llevaba años circulando por los cajones de las discográficas. Pero nadie le hacía caso. “Esta profesión no se la deseo a nadie. Se sufre mucho”...

No hablamos de la Orquesta Platería ni de Ricardo Solfa, pero sí de Bob Dylan, a quien comparó con Dios. Por eso, que un hombre que lo ha sido todo, que ha conseguido lo máximo, ahora esté como está, le parece digno de enfermedad.

La misma que él tiene, de hecho. La que le obliga a concentrar todas su fuerzas en una misma dirección: la de la la música, lo abstracto, el lenguaje poético... Porque el mundo de lo real le aburre. Respecto alo de tomarse algo con un periodista, aún conserva una pizca de interés, pero reconoció que "honestamente, si pudiera prescindir de las entrevistas, lo haría". Y no descarta dejarlas algún día...

Sisa se ríe con el programa Especialistas Secundarios, de Radio Barcelona, y con el humorista Fernando Gil Moreno. Y me preguntó si conocía a Luis Hito, un crítico musical que se ha currado un disco autofinanciado: De Benidorm a Benicàssim, en el que participan artistas como Nacho Vegas o la Rosa de España.

Pero el tema que dio más de sí, probablemente, fue el análisis conceptual de El Congrés dels Solitaris. Un lugar lleno de gente que está sola. Un algo en el que cabe la vida misma... En fin.

No sé si habrá pasado lo que dicen que pasa con los chamanes. O si fue casualidad. O si su reflexión sobre la profesionalidad es una señal de la galaxia... No lo sabré nunca, seguramente. Pero me gustaría saber qué piensa él de todo esto. Por eso se lo preguntaré en la próxima entrevista, que esta vez sí, espero que se grabe.

ahí se quedan

ahí se quedan

Jean-Cristophe Lafaille intentaba escalar la quinta montaña más alta del mundo: el Makalu, de 8.463 metros. La única del Himalaya que nunca se ha escalado en invierno. Y Lafaille lo hacía en enero, solo y sin oxígeno. Con temperaturas cercanas a los 40 grados bajo cero.

La última vez que Lafaille habló con su mujer fue el jueves 26. Acordaron ponerse en contacto cada cinco horas, más o menos, a través del teléfono vía satélite. Pero las horas y los días fueron pasando, y nada más se supo de él. El 31 de enero un helicóptero rastreó su camino y halló la tienda donde había dormido, pero ni rastro de Jean-Cristophe.

Su meteorólogo a distancia, Yan Giezendanner, dijo que probablemente cayó por una grieta, porque hay muchas, por donde él tenía que pasar. De poco le sirvió su amplia experiencia en alta montaña. Porque ¡ya había escalado 11 ochomiles! y había visto la muerte de cerca... Pero lo había dicho: "me gustan las montañas y me gusta escalar". Frente a eso, bien poco puede hacerse.

Lafaille era consciente de que si le ocurría algo por encima de los 7.000 metros, nadie iría a socorrerle, porque los tres nepalíes que le acompañaron hasta el campo base, a 5.300 metros, no son especialistas en alta montaña. y así fue.

Su mujer viajó hasta Nepal para erigir un chorten (construcción budista) en memoria de Jean-Cristophe. pero del cuerpo, ni rastro. Porque claro ¿quién va a ir a buscarlo? Y es que aunque resulte sorprendente, hay multitud de cadáveres, en el Himalaya.

Een agosto del año pasado, un grupo del Club Montanyenc Mollet se desplazó al Kirguizistán para escalar el Lenin, de 7.134 metros. Este pico, originalmente llamado monte Kaufman, está situado en la sierra del Pamir, cerca de la frontera con china, y está considerado como uno de los sietemiles más "asequibles".

Asequible entre comillas, por supuesto. de hecho sólo uno de los de Mollet llegó a la cima. Y subiendo se encontró una persona muerta. Lo explicó al bajar, y Eduard, un catalán que trabaja allí porque está casado con una kirgui, aclaró que se trataba de un polaco que, junto a varios compañeros, habían intentado escalar el Lenin días antes.

Al parecer, según Eduard, que para más señas es del Empordà, se trataba de un grupo de gente bastante irresponsable, pues contaban con un equipo muy precario y no dudaron en adueñarse del material de otros expedicionarios. Uno de ellos se quedó dormido, o tuvo un accidente... y los demás se fueron, a Polonia, se supone, dejándolo ahí arriba.

¿Quién irá a buscarlo? Me pregunto si su familia sabe qué pasó. Si el gobierno de Polonia sabe qué pasó. Y si realmente es responsabilidad de alguien recuperar esos cadáveres. Pero de momento, el polaco, Lafaille y todos los demás, ahí se quedan.

escuelas de otros mundos

escuelas de otros mundos

Conocía su nombre porque aparece a menudo en los pies de foto de La Vanguardia. Pero su imagen, campechana, su calva y su catalán de castellanohablante, me sorprendieron para bien.

Kim Manresa enfoca y dispara desde hace muchos años. Ahora expone una selección de fotografías tomadas en escuelas de todo el mundo: Bangladesh, Kenia, Palestina, El Salvador... En total 50. La que he colgado, la hizo en Ougadugu, capital de Burkina Faso. Se pasó una hora comentando la historia que hay detrás de cada una. Y la de ésta, en la que se ve a un maestro sosteniendo un globo terráqueo, rodeado de niños alborotadísimos, la contó con especial entusiasmo.

Nos dijo que la primera vez que estuvo allí, los niños de Ouagadugu no sabían dónde estaba Barcelona, ni qué era España, ni se habían subido nunca en avión, por descontado. Así que, para explicarles de dónde venía, la segunda vez llevó consigo una reproducción inflable del mundo en que vivimos (todos). Y los niños, que nunca habían visto nada parecido, querían tocarla como fuera. He ahí la historia.

No tiene desperdicio, por eso, la historia de la historia. Y es que para que pudiéramos oírle, Kim Manresa utilizó un micrófono inalámbrico. En verdad le seguía un montón de gente por lo que, con el murmullo colectivo, resultaba muy difícil oír su voz.

Pero al cabo de un rato la comitiva se había reducido y, estando a poco más de un metro, todos le oíamos perfectamente. Menos mal, porque los altavoces estaban en la entrada, lejos de la audiencia. Lo gracioso fue que él, muy concentrado en lo que estaba contando, sostuvo el micro hasta el final...

No lo cuento como mofa. Que conste. Respeto y admiro mucho a Kim Manresa. Más aún su trabajo. Pero creo que una anécdota de este tipo sirve para dar cuenta de la sencillez de uno de los fotoperiodistas españoles más reconocidos de los últimos tiempos.

Pero esta exposición es algo más que 50 fotos colgando de una pared. Su mayor ventaja, de hecho, consiste en cómo se va a utilizar. No era casual que en primera fila hubiesen siempre dos maestras muy atentas... C&Duke, la productora cultural que está detrás de la muestra, ha comprometido a 17 ayuntamientos de la provincia de Barcelona (Esparraguera, Sabadell, Castelldefels, Cornellà, Vic, Martorell, Sant Adrià, Manresa, Terrassa, Montcada i Reixac, Barberà, Sant Boi, Mollet, Granollers, Ripollet, Masnou y Olesa) a que los alumnos de sus escuelas vean las fotos y luego escriban sobre ellas, con lo cual ya está asegurado que nuestros niños reflexionarán sobre lo que tienen, que no es poco.

El salvadoreño Carlos Ernesto García, comisario de la exposición, nos explicó que piensan editar un libro con los mejores textos. Pero la guinda, la pondrán 50 escritores de todo el mundo, tantos como fotos, entre los cuales están Darío Fo, José Saramago, Manlio Argueta, Ryszard Kapuscinski, Javier Marías... Porque el libro, que se publicará en 2007, contará también con textos suyos especialmente escritos para la ocasión.

Escoles d’altres móns irá de pueblo en pueblo durante todo el 2006. Si quieres verla antes del 5 de febrero, está en la sala Pere Quart de Sabadell, muy cerca de la estación de FFCC Sabadell Rambla.

las joyas de la abuela

las joyas de la abuela

No es mía, la idea. Pero fue tan preocupante, lo que dijo Mariano Marzo, y usó ejemplos tan didácticos, que vale la pena usar sus palabras en este (recién estrenado) blog. Es muy posible, además, que yo fuera el único periodista de la sala, por lo que, en cierta forma, recae sobre mí la responsabilidad de contar qué sucedió.


Mariano Marzo es catedrático de estratigrafía en la UB; ha participado en proyectos de investigación vinculado a empresas del sector y colabora habitualmente en varios medios de comunicación. De hecho es, posiblemente, el mayor experto de España en lo que a recursos energéticos se refiere.


Acudí a escucharle por recomendación del amigo de un amigo, que estudia geología. Pero a posteriori he descubierto que por la tele también deja con la boca abierta, y que su mensaje crea preocupación en todo el que lo oye. No es de extrañar...


A modo de presentación se habló de Dick Cheney, actual vice-presidente de EEUU, y del discurso que pronunció en otoño de 1999, cuando aún era director ejecutivo de Halliburton, en el que reconoció que “el petróleo es la base y fundamento sobre lo que se sustenta todo el edificio de la economía mundial”. Que “la Guerra del Golfo ha sido un fiel reflejo de esta realidad” y que “Oriente Medio es el lugar donde todavía se encuentra el premio más grande, con los dos tercios del petróleo mundial”.


Mariano Marzo comenzó su clase recordándonos que la energía está convirtiéndose en un tema estrella a nivel mediático. Este mes, sin ir más lejos, los de Vanguardia Dossier intentan dar respuesta a las incógnitas de un mundo sin petróleo.


“La energía es el motor que mueve toda nuestra sociedad”, dice Mariano Marzo. Pero no sólo eso: los hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) suponen un 80% del consumo mundial. Y crecimiento económico significa crecimiento energético, con lo cual, queda claro que en vez de racionar lo poco que nos queda, gastamos cada vez más y más deprisa. Sólo hay que fijarse en el crecimiento económico de China para ver qué nos espera.


Y es que el petróleo es barato, más que la leche o el vino, y además se ha convertido en la base de la química orgánica: fertilizantes, medicamentos, plásticos, fibras textiles... El ordenador portátil con el que he escrito este artículo, sin ir más lejos, equivale, según Mariano Marzo, a cinco barriles de petróleo.


Algunos datos más: en la actualidad se extraen 84 millones de barriles al día. En 2010 se prevé que sean 90 y en 2030, 121. O sea, que teniendo en cuenta que cada barril contiene 160 litros de petróleo, gastamos 150.000 litros por segundo. Y la producción aumenta un 1,6% cada año.


El gasto de barriles per cápita en EEUU, donde las distancias son enormes y los motores de los coches, también, es de 20 cada año; en Europa 10 y en China 1. Pero ¿qué pasará cuando el parque automovilístico asiático alcance las cotas del mundo occidental?


El transporte es posible, en un 95%, gracias a la quema de combustibles procedentes del crudo. Pero además es el sector que más petróleo emplea: actualmente un 33% y se calcula que en 2030 llegue al 54%. Pero lo peor de todo, tal y como afirma Mariano Marzo, es que “el transporte de mercancías y personas no es flexible”. La gente quiere viajar y los tomates se tienen que llevar de un sitio a otro...


El temido momento en que el petróleo se acabe no será, de hecho, el momento en que se extraiga la última gota, pues “siempre habrá petróleo”, dice Mariano Marzo. El problema será el colapso que supondrá que la oferta no cubra la demanda. Pero petróleo habrá porque, en contra de lo que mucha gente cree, el petróleo no se acumula en bolsas, sino en espacios microscópicos de rocas porosas. Extraer el petróleo, pues, es como extraer “el café que impregna un terrón de azúcar”. La mayor parte se queda ahí...


Pero ese momento al que me refería, el peak oil, llegará más pronto que tarde. Lo que pasa es que no sabemos exactamente cuándo. Y no lo sabemos porque es imposible llevar a cabo una auditoría sobre cuánto crudo queda en la corteza terrestre, y también porque todo el mundo miente acerca de sus reservas. Como si de una partida de póquer se tratara, las compañías y los estados juegan al farol con sus accionistas o electores.


Cada vez se perforan más pozos pero éstos son cada vez menores. De momento el incremento de la producción se ha mantenido creciendo al mismo ritmo que el de la demanda, pero nadie niega, ni siquiera EEUU, que en cuestión de décadas será imposible seguir haciéndolo. Las reservas se agotan. “Comemos más de lo que reponemos en la despensa”. La tecnología aumenta pero los yacimientos son cada vez más pequeños y las condiciones más duras. Estamos viviendo, vaya, de las joyas de la abuela.


Lo repito para que la frase llegue tantos oídos como sea posible, y para que lo haga con toda su mezquindad: “estamos viviendo de las joyas de la abuela”.


Y hasta que alguien invente algo, o hasta que los políticos se decidan, Oriente Medio seguirá siendo el gran surtidor del mundo, pasando de 19 millones de barriles, que produce actualmente, a 34. Pero no basta con mantener buenas relaciones diplomáticas. Porque cuando el petróleo se acabe, la amistad pasará a un segundo plano.


Mariano Marzo lo explica con un ejemplo de lo más gráfico: en una fiesta alguien se entera de que la cerveza se está acabando y al principio, disimuladamente, se acerca a la barra para asegurarse el trago. Pero poco a poco se van enterando los demás... Así que, lo que al principio eran movimientos casi imperceptibles, acaban siendo codazos y, al final, una pelea en toda regla.


Traducid esto al plano internacional, teniendo en cuenta la de petróleo (o gas) que hay en Afganistán, Irak, Irán, Venezuela, Bolivia, Nigeria, Rusia... Y no hablemos ya de la infinidad de puntos, como el Canal de Suez (entre muchos otros), tan fáciles de bloquear como esenciales son en las rutas comerciales del petróleo, que permiten su suministro.


Las compañías con más reservas, a diferencia de lo que se cree, no son multinacionales sino empresas estatales. De hecho el propio Dick Cheney reconoció en su día que “el petróleo es un negocio entre estados”. Por eso, teniendo en cuenta que los mayores productores están en Oriente Medio, África y América Latina, y en cambio los que más consumen, en EEUU, Europa y la zona del Asia-Pacífico, Mariano Marzo habla del control de las fuentes y las rutas como “el nuevo gran juego”.

Ante unas perspectivas tan negras, los países interesados se preparan, ya sea en el plano financiero-comercial, como China o India, o en el plano político-militar, como los países de Oriente Medio. El fin del petróleo abundante y barato puede traer nefastas consecuencias.

Por eso, a no ser que consigamos controlar la fusión nuclear, “algo que no está en el horizonte de 2030”, la situación pinta muy mal. Las energías renovables tienen un margen de acción muy limitado y el calentamiento de la Tierra es imparable. De hecho, según Mariano Marzo, “Kyoto es un paso adelante, sí, pero en una cinta transportadora que va al revés”.

¿Pero qué podemos hacer? Pues básicamente moderar nuestro consumo (en general y el de energía en particular); no se trata de seguir despilfarrando hasta que no podamos más, sino de ir acostumbrándonos, poco a poco, a un cambio que, se mire como se mire, va a ser muy radical.

Pero este obligado cambio de modelo socio-político (lo cual incluye dejar de vivir a 50 kilómetros de la ciudad donde trabajamos, con el consiguiente gasto de gasolina, porque la vivienda está muy cara), ha de ajustarse al equilibrio, según Mariano Marzo, del triángulo de las tres Es: energía, economía y ecología. Cualquier desviación complicaría enormemente el ya de por sí difícil cambio.